Ok. Entremos al tema:
El caso es que no todos los dragones son iguales. Algunos son rojos y tienen alas negras. Otros son color turquesa con alas verdes o amarillas. Hay unos negros-negros-negros que tienen cara de pocos amigos. Hay otros verdes con ojos rojos. Unos tienen las alas más largas, otros tienen unas garras que podrían arrancar un árbol y los colores de sus miradas son diferentes: ojos amarillos (los negros los tienen así), verdes, rojos, morados, azules, naranjas. Algunos tienen cuernos o crestas, y los dos más espectaculares son uno casi transparente, como si fuera de cristal, y otro que es azul con verde y tiene plumas coloridas alrededor del cuello, en las puntas de las alas y en la cola, además de como una especie de cresta. Pero hasta ahorita, no he visto a ninguno igual a mi dragón.
Ah, y todos son más grandes, claro, porque recordarás que mi dragón es un cachorro (tamaño elefante adulto, pero cachorro al fin y al cabo).
Lo que comienzo a sospechar es que estos dragones no son todos del mismo lugar. Como ya te conté, blogcito mío, hay cosas que leo y entiendo (más o menos) y otras que están en alguna otra lengua dragón, supongo, porque los caracteres son diferentes y no entiendo ni pío. Además, ¡vaya que les encanta escribir en acertijos! Caramba, ¿no sería más fácil decir las cosas tal y como son? A ver, ¿qué se supone que haga con el mensaje que descifré anoche? Entiendo las palabras, pero nada más.
¡Uyuyuy! Ya me vio uno de los azules. Es que además tienen una vista que parece que traen telescopios en los ojos. Así que, me desconecto y compermisito.
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