¿Y si en lugar de blog me mudo a Facebook?

jueves, marzo 26, 2009

¡Otra vez me dejaron sin internet!

¡Grrr! Con eso que desbarataron al equipo de Los Nick, me dejaron sin conexión a internet. Y ni modo de salir a decir: "¡Hey, aquí estoy yo!", porque entonces todo mundo hubiera sabido dónde está mi guarida y eso ¡nunca! (Sólo el dragón sabe).

El caso es que después de mucho cablear, por fin encontré otro lugar para conectarme y ese está tan escondido que nadie lo va a saber, así que... ¡estoy de regreso, blogcito mío!

Por lo pronto y como lo más importante de hoy, es que es... ¡jueves de donas! Y ya descubrí el lugar en el que se reúnen Los ex Nick y, lo más importante, cómo entrar sin ser visto, lo cual significa que... vaya sorpresa que les espera. Me traje 27 donas (porque tengo que darle un par al dragón). ¡Ja!

Ah, y como en la última encuesta que puse me dijeron que sí querían saber a dónde habían mandado a Los Nick, les voy a contar, pero no se lo digan a nadie:

Tania está ahora en la revista Witch.
Hec está ahora en la revista Eres Niños.
La gran-jefa es ahora la gran-jefa de la revista Cinemanía (lo cual significa que voy a ver muuuuchas películas).

Y por último, se me olvidó decir que en mi viaje para ver ballenas hay una foto que es importantérrima. Es esta:

¿Saben por qué? Es una estrella de mar y una esponja marina amarilla, en otras palabras... ¡Bob Esponja y Patricio Estrella, en vivo y a todo color! ¿A poco no está padrísima?

Bueno, te escribo pronto, blogcito mío.







domingo, marzo 01, 2009

Más de mi viaje...



Y allá vamos de nuevo a ver ballenas con Max Steel...




Chequen cómo ésta sacó su aleta dorsal para saludar a los del bote. ¡Qué ganas de darle la mano tenían todos!






Pero luego les enseñó la cola. ¡Ja!





Cuando sacan la cola es porque quieren tomar impulso para sumergirse mucho, lo cual significa que uno ya no va a ver a esa ballena en un buen rato.




Esta otra también está sumergiéndose.




Ésta pasó por abajo de nuestro bote. ¡Fue emocionante! Y tenía una cría, que se llaman ballenatos.




Este es el pequeño ballenato. ¿Ya vieron que no tiene percebes todavía? Se ve que Sirenomán no los ha dejado pegarse a su cuerpo.




Y aquí estoy yo con el ballenato. ¡Uyuyuy! Pero luego su mamá le dijo que se estaba acercando demasiado a nosotros y lo regañó. Y yo no me iba a poner a discutir con una ballena del tamaño del dragón, sobre todo porque el dragón no fue al viaje.




Aquí se ven la mamá y su cría.



¡Y miren! ¡¡¡Se dejan acariciar como si fueran perritos!!! Eso es lo MÁ-XI-MO.



Allá van de nuevo la mamá y la cría.



Esta ballena estaba tan contenta que salió a saltar.






¡Splash!




Y también vimos varios grupos de delfines.




Esta otra salió a saludarnos y yo posé para la foto, para que luego no digan que quién sabe.




Y como estaba nublado, algunas provocaban arco iris cuando exhalaban.




Allá va otro delfín.





¿Cuántas ballenas encuentras en la foto de arriba?








¡Hasta en las nubes habían ballenas! ¿Ya la vieron?





Este cormoran parecía estar metiendo freno de mano, ¿no?





Mientras que este otro se echaba a volar.





Y estos, bien a gusto, los veían con cara de "¿qué les pasa?".




¿Quién encuentra al gorrión de manglar en la foto de arriba?




Y este pajarito tenía un peinado muy punk, así que me cayó muy bien.








Algunas aves tienen el pico para arriba, otras para abajo y otras plano. Depende de qué se alimenten. ¡Darwin tenía razón! (Siempre lo supe).





Estos cormoranes están esperando... bueno, vete tú a saber qué están esperando. No hablo su idioma.




La garza azul decidió que no le caíamos bien y mejor se iba a dar el rol.






Y esta otra pasó a nuestro lado, en la zona de manglares.





Cuando exhalan, algunas ballenas echan chorros en forma de corazón. A lo mejor es porque están buscando pareja y andan todas cursis, ¿no?




¿Qué creen que es lo de arriba?




¿Y lo de arriba?





Las dos son partes de este esqueleto de ballenato. Seguramente nació enfermo y murió muy chiquito. ¡Qué triste!





Kuyimá, donde nos alojamos, era hermoso por donde lo vieras. Checa nomás el atardecer, blogcito mío. Y yo... en la playa. Me hice una hamaca con una hoja y ni te cuento lo a gusto que estaba.




Bueno, quizá no tan a gusto como estas gaviotas. ¿Ya viste a las muy comodinas? Allí en nuestro bote, arruyadas por el mar.




Como ya les conté, a San Ignacio llegan muchas especies de aves migratorias, como esta.




Y como las de arriba. Las gavitoas a mí se me hace que sí son locales.





Luego, la gran-jefa y yo nos metimos otra vez a caminar en la marisma, que es cuando la marea baja y queda agua poco profunda. Encontramos a este pulpito. Está de pelos, ¿no? (Bueno, quizá no porque está más calvo que un huevo. ¡Ja!).






Y a donde voltearas, habían cosas padrísimas, como estas plantas marinas.





O este otro pulpo. Nos echó un chorro de agua para asustarnos pero no era más grande que tu mano. A mí, francamente, sí me dio miedito y corrí a meterme en la mochila de la cámara de la gran-jefa, pero a ella le dio risa que algo tan chiquito se sintiera tan feroz. Claro, a ver si hubiera dicho lo mismo si le sale un pulpo de diez metros.





Y aquí una estrella marina entre las algas. Todas las estrellas que vimos eran color Nick.





Esta es la vértebra de algún pez grande, pero ya se convirtió en un pequeño ecosistema: tiene algas, corales, percebes y caracoles adheridos a ella.




Y hablando de corales, este me recordó al dragón. ¿Verdad que tiene cara de dragón?





Estas conchas son color Nick, así que le dije a la gran-jefa que le tomara foto.




Y estos caracoles que son como del tamaño de tu uña pulgar y que quizá digas "ay, qué tiernos", son unas bestias carnívoras devoratodo. Los vi echarse una estrella de mar en un santiamén. Llegan de a montón y no hay quién se salve de su voracidad. ¡Como de peli de terror!





Ahí están de montoneros.



Y el último día, antes de volver al aeropuerto con pista de arena para tomar nuestra avioneta, fuímos a un bosque de espinas, que es un lugar donde hay muchas cactáceas.






Este es el esqueleto de una de las de arriba. Increíble, ¿no? Parece columna griega.




Y este también me recordó al dragón. Se me hace que ya lo extrañaba.





Cuando nos subimos al avión que nos trajo de Hermosillo a México, vimos la luna llena por la ventanilla. Fue como una manera de acabar el viaje.

¿Qué tal? Les dije que había estado ¡hipermegarrequetearchisuperincreibilísimo!