Estamos ya en la República Checa. La travesía no fue fácil porque a cada rato nos topábamos con dragones que querían terminar con nosotros, pero lo de las verdolagas ha sido un éxito. Mi dragón no logra hacerse invisible pero lo oloroso de sus gases tumba hasta al dragón más agresivo. Por cierto, el más agresivo fue uno que nos echaba tremendas llamaradas, pero lo que no se esperaba (y francamente, tampoco nosotros) fue que una llamarada mezclada con un buen pedo resulta en una explosión de magnitud espectacular. ¡Hubieras visto la cara que puso el malvado! Salió volando en sentido contrario.
Bueno, pero la cosa se pone un poco peor. Parece ser que la mamá del dragón ha estado prisionera desde hace mucho tiempo y nadie parece saber dónde la tienen... Ni quién. El porqué es un misterio mayor. Lo que sí sabemos es que no podemos confiar en nadie y tenemos que movernos con cautela. En cualquier segundo podríamos caer en las garras de uno de los malos, quienes, por cierto, lo que buscan es dejar de ser invisibles en el mundo humano para apoderarse de éste. ¿Será?
En fin.
Ah, y tengo en mi iPod algunos mensajes más que hemos visto en el cielo, al rato los subo.
Ya tengo una idea más clara de en qué estamos metidos. Resulta que hay una lucha entre dos grupos de dragones. Los megahiperrequetecontrasupermalos quieren hacerse del poder para lanzar un ataque contra la humanidad y volver a reinar en el mundo. Los otros opinan que es mejor que cada quien viva en su mundo en paz sin meterse unos con otros.
Y para variar, hay una leyenda que dice que un príncipe será quien logre el objetivo, lo que no sabemos es: ¿el objetivo de qué bando? Y también ignoramos quién es el tal príncipe.
Pero ahora sí nos estamos moviendo hacia el este. Mi dragón sigue sin lograr hacerse invisible, pero gracias a que las acelgas le provocan los peores gases, hemos dejado fuera de combate a tres o cuatro dragones con mala pinta.
Por cierto, ese es otro problema: ¿Cómo saber cuáles dragones son buena onda y cuáles no? Por lo visto, sólo nos hemos topado con los mala leche.
En fin, te mantendré al tanto. Pasaremos por unas montañas por las que parece que no hay buena recepción wireless, pero donde encuentre, escribo.
Soy encantador, educado, cero respondón, paciente, cooperativo, lindo, ¿ya dije "encantador"? Ah, sí, ya lo dije. ¿Qué más? Humilde, buen compañero, me encanta motivar positivamente a los que trabajan en Nick... ¿A poco te has creído todo esto?
¡Pues claro que no!
Yo soy yo, soy muuuy guapo, soy la neta del planeta y soy de lo más listo y ocurrente.
¡Ah! Y también modesto.