Ok. Ya vi qué están haciendo los dragones luego de observarlos varios días: Hay un orificio muy pero largo y angosto en una de las montañas. Parece como que ni una jirafa pasaría por allí, pero los dragones se forman y, como las ratas que, por grandes que sean, caben por hoyos muy pequeños, se van metiendo poco a poco. Seguramente tienen huesos muy ligeros (¿huecos, tal vez?) y flexibles, porque de otra manera no podrían entrar por allí a menos que pasen de ser seres en tres dimensiones a bidimensionales, cosa que no he visto.
El caso es que por eso he visto a tantos dragones: cada uno tarda tanto en entrar que los demás no pueden hacer otra cosa sino planear y dar giros o vueltas.
Mi idea, claro, es subir a esa rendija y meterme a ver qué pasa allí adentro y, sobre todo, averiguar si mi dragón se encuentra en ese lugar. Algo en mis entrañas me dice dos cosas: 1) Tengo muchas ganas de una pizza de pepperoni y una dona glaseada. 2) Allí voy a encontrar a mi dragón.
Y mis entrañas son muy confiables (más para el punto número 1, pero esa es otra cosa).
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Hace 4 años.
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